ALBA PEREIRA/ICM-CIN
Steve Jobs fue una de las grandes propuestas de
la 88ª edición de los premios Oscar. Lo tenía todo. La dirección de Danny Boyle, el maravilloso
guion de Aaron Sorkin, el nominado Michael Fassbender en el papel del genio de
Apple y a la impresionante Kate Winslet en un correctísimo rol secundario. Sin
embargo, cuando llegaron las nominaciones, todos nos preguntamos, ¿qué ha
pasado con este potente film que únicamente ha optado a dos categorías? ¿Acaso
no lo tenía todo? ¿Se habrá cansado Hollywood de tanto biopic?
Hollywood
es Hollywood y, como pudimos observar en las nominaciones de dicho año, muy
cansada de biopic no está. Y sí, Steve
Jobs tenía todos los ingredientes claves para resultar la típica película
capaz de arrasar en la gala del 28 de febrero. Ahora bien, lo que no va a permitir
premiar la Academia es a un Aaron Sorkin capaz de hacer descender a los
mismísimos infiernos a una de las figuras más respetadas y valoradas de la
sociedad norteamericana: Steve Jobs.
“Dios ha muerto”. La premisa de Nietzsche en Así habló Zaratustra es reutilizada por
Aaron Sorkin para desmitificar al gurú de la tecnología a través de tres actos,
al cual mejor. Para ello, el célebre guionista emplea sus habilosos recursos
que, en su momento, funcionaron en La red
social y que, ahora, vuelve a usar con la misma eficacia en Steve Jobs. Mediante extensos diálogos
incapaces de memorizar y una jerga geek sobre
el mundo de la informática, Sorkin logra atraer la atención del espectador
hacia un personaje sobradamente conocido pero, a la vez, completamente
desconocido. Ahí es donde reside la esencia de la película. Todos sabemos que
Steve Jobs fue un genio y que cambió el mundo, pero pocos saben la auténtica
personalidad que derrochaba el fundador de Apple. Obviamente, como todo biopic,
no hay que agarrarse al guion de manera ferviente pensando que lo que vemos es
la pura realidad. Sin embargo, la destrucción del mundo de la informática que
plantea Aaron Sorkin a través del egoísmo y la falta de empatía de todo un dios
nos resulta mucho más atractiva.
Toda
esta solvencia de guion planteada por Sorkin nunca podría haberse sostenido
sino hubiera sido por el tándem Fassbender-Winslet, que logran deleitar en el
paladar del espectador cada una de las frases escritas por el guionista.
Michael
Fassbender, nominado en la categoría de Mejor Actor, fue el único actor que
pudo arrebatar el tan ansiado Oscar a Leonardo Di Caprio, pero finalmente no
fue así. El actor germano interioriza al completo su personaje dotándole de una
personalidad propia que nos acerca aún más a la figura ya conocida. La tiranía
de su mirada en cada plano acongoja, no solamente a los empleados sometidos a
su imperio, sino a cualquier espectador capaz de aguantarle la vista. A medida
que la película se desarrolla, el personaje de Steve Jobs sufre ligeras
transformaciones, palpables en la interpretación de Fassbender, que nos
permiten disfrutar del lado oscuro y tenebroso del fundador de Apple.
Por
otro lado, y cual piedra en el camino, nos topamos con su excelente secundaria,
Kate Winslet. La actriz británica se introduce en el papel de Joanna Hoffman,
mano derecha de Jobs, para ser la conciencia y humanidad de Fassbender. Winslet
mantiene un constante rol durante la película donde derrocha todo su carácter
interpretativo y con el cual consigue que, en lugar de aburrirnos con su
perseverancia contra Jobs, logremos encapricharnos y compadecernos con cada
enfrentamiento con el dios de la informática. Sin duda, Joanna Hoffman es el
único personaje capaz de robarle escenas al Jobs de Fassbender en la película,
y de ahí su nominación al Oscar a Mejor Actriz de Reparto, una de las
categorías más disputadas.
Las
dos nominaciones para los actores no sorprendieron entre la crítica y el
público. La ausencia de Aaron Sorkin en la categoría de Guion Adaptado sí. El
considerado por muchos expertos como el mejor guionista actual de Hollywood se
quedaba sin su nominación por el vertiginoso relato de Steve Jobs. La magnífica película de Danny Boyle, uno de los
mejores biopic desde La red social
(también con guion de Aaron Sorkin), solamente ha conquistado dos nominaciones.
La peligrosidad de tratar a una respetada figura americana como un villano a la
altura de Darth Vader ha pasado factura a esta brillante película que, para
amantes de los buenos guiones, conseguirá agradar en todos sus aspectos.
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