JOSÉ LUIS JIMÉNEZ CALERO / ICM-DEP
La línea del tiempo nos proporciona
ciertos acontecimientos que suelen quedar en la memorias de todo el mundo, ya
sea para bien o para mal. El deporte en esta faceta histórico-cultural no se esconde y, a pesar de la complejidad de
su estructura por modalidades, siempre quedarán historias o anécdotas que no
todo el mundo tiene en mente (ya sea por ignorancia o desconocimiento).
Por ello, escribo estas líneas
para relatar la historia de Kerri Strug, una gimnasta estadounidense que
desafió a las leyes de la moral y la anatomía humana para poder conseguir su
primera medalla de oro en unos Juegos Olímpicos. Concretamente, en los JJOO de
Atlanta 1996.
Kerri Strug realizando un ejercicio
Fuente: tucson.com
Las lesiones en el mundo del
deporte, suponen un punto de inflexión para los deportistas ya que las mismas,
son capaces de poner en peligro toda una carrera y un legado. Pero cuando
estamos hablando de una competición tan grandiosa e ilustre como son unos
Juegos Olímpicos, cualquier esfuerzo por conseguir el objetivo marcado, vale la
pena: la ansiada y tan codiciada medalla de oro.
El prólogo de la historia de
Kerri Strug comienza a escribirse en Barcelona 92' cuando, con tan solo 14 años
de edad, consigue la medalla de bronce (por detrás de Rumanía y la Unión
Soviética). Nadie podría haber escrito semejante guión para tan joven
deportista. El éxito había llamado a su puerta y parecía haberse instalado como
si de Pedro por su casa se tratase, pero ni siquiera ella se imaginaría por lo
que tendría que pasar durante sus 4 años siguientes.
Kerri Strug en Barcelona 92' a la edad de 14 años
Fuente: liveabout.com
Un largo e interminable
periodo de lesiones se cernía frente a los ojos de Kerri quien, con la
mentalidad de una auténtica competidora, afrontó todo aquello que tuvo por
delante para poder llegar a tiempo a una fecha que estaría marcada en su
calendario desde hace mucho tiempo: Atlanta 1996. Oportunidades como esta se
presentan muy pocas veces en la vida de un deportista: tener unos JJOO "al
lado de casa" como quién diría, es decir, competir frente a tu gente
animando en las gradas.
El mundo pues, se
paralizaría un 19 de julio de 1996, centrando su mirada en el Estadio Olímpico
del Centenario (aniversario de la creación del primer certamen en Atenas
1896) para la ceremonia inaugural de los
Juegos Olímpicos.
Estadio Olímpico del Centenario (85.000 espectadores)
Fuente: estadios.fandom.com
Realizando un escueto inciso
en este artículo, es importante mencionar el ataque terrorista perpetrado el 27
de julio de aquel mismo año en una zona céntrica de la ciudad por parte de Eric
Robert Rudolph que acabó con la vida de 2 personas, dejando tras de sí la cifra
de 111 heridos.
Llegaba la hora de la verdad,
EEUU se clasificaba para la final de la modalidad de gimnasia artística por
equipos frente a la URSS. Una final de tantas otras, con regusto un tanto
amargo para ambos lados. La actual Rusia tenía motivos para ser la favorita y
es que habían dominado desde siempre este deporte. EEUU por otro lado, tenía la
oportunidad de conseguir su primera medalla de oro en esta categoría en toda su
historia.
Esta categoría se compone de 4
ejercicios: barras asimétricas, barra de equilibrio, suelo y salto. Rusia
arrancaba muy fuerte la final, estableciendo ejercicios prácticamente perfectos
pero, para sorpresa de todo el mundo, EEUU tomaba las riendas del juego.
Con una ligera ventaja
sobre las soviéticas se llegaría al ejercicio final, el que determinaría el
ganador. Rusia iba primera en la ejecución del famoso y tan temido salto de
potro y, finalmente, realizaron un buen ejercicio aunque no el mejor. Era el turno
de EEUU, concretamente el de Dominique Moceanu quien necesitaba la puntuación
de 9,340 sobre 10 puntos para sellar el triunfo americano en casa. Sin embargo,
una caída en la parte final del mismo frustró momentáneamente los planes del
equipo anfitrión de llevarse la medalla a casa.
Dominique Moceanu, 1996
Fuente: tmz.com
Es ahí cuando aparece Kerri
Strug quien tenía dos intentos para poder celebrar el mayor éxito de su vida.
Encaró la recta cual guepardo a su presa, saltó en el trampolín, se apoyó sobre
el potro y realizó una serie de piruetas en el aire que parecían augurar un
final perfecto....hasta que, tras un ínfimo error de cálculo no pudo clavar la
caída, aterrizando además sobre el tobillo de su pierna izquierda y
desgarrándose en el acto dos ligamentos del mismo.
El Georgia Dome pasó de la
alegría a la tristeza en cuestión de segundos. La última esperanza de medalla
había desaparecido. Kerri Strug pasaría a ser la figura principal en las
portadas del día siguiente por un error que volvió a catapultar a las rusas al
edén del olimpismo una vez más. Sin embargo, apoyada por su público, su equipo
y Bela Karolyi (su entrenador y descubridor de Nadia Comaneci) tuvo la valentía
de afrontar el último salto para conseguir el ansiado primer puesto.
Derrumbando la barrera del dolor, Kerri decidió someterse al más tenso de los
escenarios posibles: en el último salto, lesionada, presionada por el público y
teniendo que realizar un ejercicio por encima del sobresaliente.
Mismo procedimiento, se
apresuró hasta el potro aunque esta vez más rápido que antes, salto perfecto,
piruetas correctas.....todo el mundo expectante por lo que iba a suceder hasta
que vieron como un pie sano y otro dolorido tocaron a la par la lona. Cuerpo
totalmente erguido y brazos extendidos como marca la tradición. Ejecución perfecta
pero todo dependía de la resolución de los jueces. La marca era de 9,712, ¡¡lo
había conseguido!!
Kerri Strug tras realizar su segundo alto. Su expresión facial lo dice todo.
Fuente: cope.es
EEUU ganaba su primera medalla
de oro en esa disciplina. Un equipo que pasaría a la historia por un entrenador
legendario y una gimnasta que lejos de rendirse, lo dio todo por su país
tirando de coraje. Sus lágrimas en lo más alto del podio son historia del
deporte al igual que el ejemplo que promovió al mundo entero y a las futuras
generaciones de deportistas.
Kerri Strug junto con su entrenador Bela Karolyi tras recibir la medalla de oro
Fuente: mundodeportivo.com
El dolor es pasajero, el
orgullo es eterno.
Fuente: youtube.com
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