Silvia Linares Ballesteros / ICM-CIN
El viernes pasado despertó en
mí una fuerza. No sabría cómo explicar lo que sentí ni lo que siento.
Habían llegado las Leónidas. Todo
empezó con una lluvia de estrellas en una galaxia muy, muy lejana. Oscuridad. Empezó
a sonar una música y, casi al unísono, salieron los créditos de Star Wars una
vez más, un año más. Fue una experiencia única. Serían las 00:10 cuando esto
pasó. Nunca lo olvidaré.
Al salir de aquella sala de
cine fuimos a pasear por las calles de Madrid en aquella mágica noche. La
fuerza nos acompañaba y percibíamos esperanza. Una nueva esperanza.
La noche pasó muy rápida entre
risas y fuertes emociones. Cuando me quise dar cuenta me estaba despertando
entre mis sábanas a la mañana siguiente. Entonces empecé a asimilar todo lo
sucedido. Esa noche me disfracé de Leia Organa para ver el estreno de Star
Wars: The Last Jedi. A pesar de que la película no fue lo que me hubiese
gustado, la disfruté como una niña pequeña.
![]() |
En plaza de Callao, cosplay. Fuente: Juan Marín Marín |
No hay comentarios:
Publicar un comentario