jueves, 20 de mayo de 2021

Agua del grifo

María Fernanda Bravo Gobelsmann / ICT-POE

Se escuchaba en las esquinas recónditas de los huesos; sonaba el crujir del viento chocando contra las montañas y lo diminuto de los techos. Como puntos en la lejanía se nota el calor, aunque aquí queme con ardor la flama de una voz que grita pero que aun no aclama. Se agita contra las paredes e intenta bailar, se escucha el remembrar en las alcantarillas taponadas, se ha ido por el desagüe el arte, la musa, el amor. Si llueve no hay por donde escapar; hace tiempo ya que no aparecen por acá tormentas fluviales, pero atormenta, teme. ¿Se desbordarán por los resquicios de esas arenas movedizas el aroma del encierro? ¿A qué huele el fuego quemado? 

No sé cómo lucen las cenizas en el barro, pero imagino a que huelen; y de allí, como abono, a pesar de todo, florecen los pétalos del sol en la cima de una colina.  


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