viernes, 21 de mayo de 2021

Orilla

 María Fernanda Bravo Gobelsmann / ICT-POE

Me acuesto en la arena y cuento grano por grano cuánto tiempo se necesita para bailar con las olas; como grageas las enumero; y a veces, hasta incluso, pierdo la cuenta...hasta que debo volver a comenzar. 

En ese vaivén del sonido de las olas; de contar, perderme y volver a comenzar; el sol se mueve a mis espaldas y con él, el tictac del reloj; que como agujas se me clavan en el cuello, y, casi como un recordatorio, me repiten sin parar: el tiempo vuela, pero nunca de vuelta. Es allí cuando mis pies corren ansiosos al mar, se introduce por entre mis dedos; y respiro. 

Hay quienes en el horizonte buscan sus respuestas -o el infinito- persiguiendo una línea que no alcanzan -o tal vez sí; no lo sé- yo; en cambio, sé que mi lugar está acá en la orilla. Es en este espacio donde, como un puente, puedo conectarme con esa línea invisible pero palpable del horizonte -los sueños- y al mismo tiempo con el tacto de la arena en mis pies, el aire que respiro y el sonido de la plenitud -aquí, con los vivos. 

Y ahí, encuentro a casa.


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