miércoles, 19 de febrero de 2020

GENTE QUE SE VA


Andrea Cotarelo Zorrilla 1ºA/ ICM/ TEL

El pasado 9 de febrero y con solo 49 años falleció el periodista, columnista, guionista y novelista David Gistau. 





Su vocación por el periodismo venía desde que era muy pequeño, su padre fue abogado del diario Pueblo, un periódico español durante la dictadura franquista. Él mismo confesó en algunos de sus libros que su padre marcó su vida, no solo profesionalmente, ya que le hizo crecer entre máquinas de escritura y papeles de periódico. Sino, porque quedó huérfano a muy temprana edad, lo que le hizo ser un adolescente enfadado con el mundo, y como confiesa en su último libro, un enfado durante muchos años con la figura de su padre, ya que, David entendía el suicidio de su padre como un abandono.
A los 18 años decidió comenzar la carrera de periodismo en la Universidad Complutense de Madrid, aunque no finalizó esta, no le hizo falta para ser uno de los periodistas más importantes de los últimos años. 


Normalmente cuando nos referimos a un periodista, etiquetamos rápidamente en un periodista deportivo, de guerra, de informativos, de crónica rosa, política… Esto no sucede con Gistau ya que ha tocado todas las ramas del mundo del periodismo, ha escrito de todo y de todos, escribiendo de todo, lo bueno, lo malo y lo regular. 
Fue corresponsal de guerra en el año 2000, cubrió el mundial de fútbol del año 2010, pasó por El Mundo, luego ABC y de nuevo regreso a El mundo


Unas de las dos frases que me resultan más relevantes, en cuanto al tema del periodismo fue “En España no se puede hacer periodismo yendo por libre” y cuando relató una anécdota cuando trabajó con Pedro J.Ramírez, este último fundó el periódico el mundo del que fue su director hasta el año 2014. David decidía abandonar este periódico porque Pedro J. le espetaba que un buen reportero cuando empieza a engordar no puede ser un buen reportero, ya que este estaría más preocupado de comer que de estar en la calle al pie de la noticia. Algo en lo que David Gistau, resultó no estar de acuerdo y decidió abandonar El Mundo.


Resulta curioso, que David durante toda su vida deseaba no dejar a sus hijos huérfanos a una corta edad y que tristemente la vida se lo haya devuelto de esta forma. Quién le iba a decir a Gistau que el deporte de su vida, el boxeo, al cual dedicó uno de sus  libros Golpes bajos, el cual el mismo relato que lo escribió en la Cafetería de El Corte Inglés, le iba a costar la vida. 


El destino parece premonitorio, ya que su último libro publicado en 2019, Gente que se fue, en el que antes de marchar dejó sus mejores reflexiones, sobre el dolor de las heridas abiertas y las pequeñas cosas de la vida. 

Para acabar, dejo un enlace en el que podéis ver algunas de sus columnas. https://www.xlsemanal.com/firmas/davidgistau

Este artículo fue publicado el 19 de febrero de 2020.

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